¿Por qué te elige tu cliente?

El punto de partida de esta pregunta es ¿Quién soy? / ¿Qué hago? o ¿Qué ofrezco? En las respuestas empezaremos el camino para encontrar el ADN de tu empresa, de tu producto o servicio, aquello que te representa, que te diferencia del resto y por lo cual gran parte de tus clientes te eligen.

Tener en claro los valores de tu marca te permitirán fidelizar clientes.

Saber y conocer estas cuestiones te permitirán comunicar de manera más certera. El nombre, el logotipo, los colores utilizados en él, la imagen de tu local o empresa: todo comunica y genera una respuesta en tu cliente. Hoy en día se conoce que esta respuesta está más ligada a las emociones del consumidor o receptor, logrando con el tiempo una fidelización.

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Por esto en la actualidad hablamos de neuroventas o neuromarketing a la hora de planificar una estrategia para llegar al consumidor. Justamente el neuromarketing consiste en conectar de manera estratégica los productos, servicios, marcas o categorías con la mente del consumidor partiendo de la idea de que hoy en día prácticamente no existe una compra racional sino que esta se concreta principalmente por las experiencias que el usuario tiene con la marca, siendo a su vez 100% emocional. 

Entonces… invitamos a plantearse:

  • ¿Qué experiencias o emociones estás generando en tu público hoy?
  • ¿Qué valores estás creando a través de tu marca?
  • ¿Qué transmitís a diario?

La respuesta a estas preguntas marcará la diferencia y profundizará la elección de tu cliente hacia tu marca. Aunque, suele pasar que estas respuestas no siempre estén del todo claras y tengamos dudas o no resulten sencillas de responder dentro de una organización, marca o empresa. Esta tarea requiere de tiempo, ya que se debe analizar  el cómo se está llevando a cabo, en muchos casos los valores de la marca no están establecidos o no existe una estrategia de comunicación y planificación. Es por eso que se aconseja trabajar en ello: buscar y  encontrar los puntos fuertes de tu marca y tu ADN para hacerse fuerte desde allí. 

En este sentido cabe remarcar la idea de que somos en relación, que nos terminamos de construir en relación a otro. Es por eso que resulta fundamental escuchar a nuestro público, a nuestro cliente ya sea cara a cara o a través del mundo online. Saber qué es lo que entiende y siente a la hora de que le nombren nuestra marca/empresa es el ideal, ya que a partir de allí es que podremos relevar de qué forma llegamos y, de esta forma, tendremos un panorama de qué tan bien estamos creando nuestra marca en sus sentidos.

Las redes sociales suelen ser en la actualidad, un óptimo canal para tener una mayor (y más amplia) interacción con tu público. Es allí donde se pueden propiciar ámbitos de conversación y la generación de un sentimiento de pertenencia y fidelidad.

En este proceso la escucha debe ser activa, con la intención de comprender profunda y completamente a la otra persona, aún sin estar de acuerdo, tanto emocional como intelectualmente. En la escucha activa se utilizan los oídos pero también los ojos y el corazón. Se escuchan los sentimientos, la conducta.

Es necesario escuchar para poder comunicar de forma certera, “hay que tratar de conectarse y comunicarse de manera afectiva con los demás, como estrategia para lograr que el producto o servicio que ofreces impacte de manera positiva, para generar mayor cercanía y aceptación” explica Jurgen Kñaric. 

Escuchar activamente a nuestro cliente no sólo permitirá conectar plenamente con la otra persona sino que ayudará a abordar la comunicación desde varios sentidos. Poniendo en juego las emociones y la experiencia del usuario. Como explica uno de los gurúes del Branding – Andy Stalman – “Las palabras se las lleva el viento pero la experiencia trasciende”.

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